Gabriela Cendoya y los fotolibros en el J.J. de octubre ‘18

Era necesario abordar este tema.

Muchos fotógrafos se están haciendo su fotolibro y cada vez somos más a los que nos complace comprarlos. Libros  que incluyen proyectos fotográficos personales y que a menudo, incluso  están realizados artesanalmente,  con gran creatividad.

Pues bien, Gabriela Cendoya es una apasionada de esta faceta de la fotografía. No es fotógrafa, pero si compradora compulsiva de libros maravillosos de autores de todas partes del planeta.

De hecho, una de las mayores coleccionistas de la peninsula (su colección llega a los casi 2.500 libros)  y nuestra mayor experta en el País Vasco.

Así que sentíamos curiosidad por su experiencia como coleccionista de fotolibros. Así nos la resume:

Un día descubrí que era coleccionista de fotolibros.

Fue leyendo una revista sobre fotografía. El articulo se  titulaba Gabriela Cendoya, pasión por el fotolibro, en el apartado Coleccionistas.

Algunas pistas ya tenía. Desde hacía algún tiempo venían amigos a casa a ver libros, o los prestaba a otros. Llegaron a venir alumnos de una escuela de fotografía vecina, para ver la variedad de libros, temas y formatos que pueden existir.

Desde hace años compraba libros. De literatura, de arte, muchos comics. Y libros de fotografía, que entonces se llamaban así. Cada día salían mas, o eso me parecía. Y de repente me di cuenta que ya solo compraba libros de fotografía. Había salido un libro que era como la Biblia de los libros de fotografía. Aparecían en el libros maravillosos, tesoros antiguos y de lugares lejanos, y los quise todos, y quise seguir la palabra. Pero pronto descubrí que esa era muy cara, y yo llegaba tarde.

Decidí olvidarme de los tesoros fuera de mi alcance y dedicarme a las incipientes pepitas de oro que brotaban cerca de mi. Me hice buscadora de oro en un terreno más emergente pero no menos apasionante, el de la creación en marcha. Y fue una experiencia enriquecedora en muchos aspectos, excepto en opinion de mi banquero. Yo me hice rica de visiones en color y en blanco y negro, de miradas borrosas y aventureras, de caminos tortuosos poco practicados, flashazos impertinentes, voces propias llorando la injusticia o el dolor, gloriosos cantos y sublimes paisajes. Sigo comprando libros y haciendo amigos nuevos en el camino.

Hay alguna receta para esto? Cómo se cura una obsesión ? Solo muchas horas de dedicación, mucha curiosidad y un deseo siempre vivo.

Si alguno de vosotros se quiere lanzar y empezar hoy una colección, le diré que es como entrar en religión: pierdes amigos, ganas otros. Muchos no van a entender que ya no vas al cine y apenas gastas en salir. Tu familia se preocupa.

-Dedicas horas en buscar libros en internet, ya duermes menos.

-En tu casa se van acumulando pilas de libros, las estanterías nunca son suficientes. Pasas horas buscando un libro que sabes que tienes pero no recuerdas donde…
-Qué hora es en Japón? ( A cuanto está el yen? )
-Qué hora es en Nueva York? ( A cuanto está el dollar? )

-Nunca es suficiente. Aprende mas, lee mas. Apúntate a todas las newsletters.
-Ya has comprado 3 hoy. Pero este no se te puede escapar!
-Tu amigo del banco te dice que ya no mas. Prometes que es el último, y además es una inversión.

  • –  Este libro es una maravilla. Pon una foto en las redes. Enséñalo a tus nuevos amigos!
  • –  No dudes en escribir directamente a los autores que admiras, lo mas seguro es que te

    contesten.

  • –  Sigue sintiendo curiosidad, el próximo libro es el mejor.
  • –  Empieza a escribir un blog sobre los libros que tienes y te gustan…

    Lo dijo Martin Parr, lo importante es tener una obsesión.